Memoria
La memoria es nuestra capacidad de codificar, almacenar y recuperar información aprendida o un suceso vivido de manera efectiva. Es una función neuropsicológica de nuestro cerebro esencial para el aprendizaje y la supervivencia, que nos permite adaptarnos a las necesidades de nuestro entorno. De acuerdo con la teoría multialmacén de Atkinson y Shiffrin, que afirma que la información atraviesa diferentes almacenes conforme se procesa, contamos con tres tipos diferentes de memoria.
Memoria sensorial: Este tipo de memoria tiene una escasa duración, y registra la información a través de los sentidos, procesando gran cantidad de estímulos que se mantienen durante el tiempo necesario para su selección e identificación antes de ser procesados posteriormente.
Memoria a corto plazo: A este tipo de memoria también la conocemos como memoria operativa o de trabajo, y su capacidad es limitada, pudiendo retener pocos elementos durante un breve periodo de tiempo. Se descompone en cuatro partes: La agenda visoespacial se encarga del mantenimiento activo de la información en imágenes, el almacén episódico integra información proveniente de diversas fuentes, el bucle fonológico facilita el mantenimiento del proceso de habla interna, y el sistema ejecutivo controla y regula el sistema de memoria operativa.
Memoria a largo plazo: Este tipo de memoria es la que más tiempo nos permite retener la información, distinguiendo entre dos tipos: La memoria explícita o declarativa, que es el almacén de información de forma consciente y abarca la memoria episódica y la memoria semántica, y la memoria implícita o procedimental, que hace referencia a las acciones o secuencias de actos aprendidos, que hacemos automáticamente.